Bienvenida
A vosotros, madres y padres de hijos en edad escolar, os ofrecemos una cordial y sincera bienvenida por haber llamado a nuestra puerta virtual: “colegiomirasol.com”.
En su frontispicio, el de un colegio cristiano y católico, no puede menos de quedar grabada la invitación de Jesús a sus discípulos:“Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis".
Con este criterio queremos que vuestros hijos se acerquen a nosotros, para ayudarles a que se hagan ciudadanos íntegros y honestos, que ayuden a la construcción de un mundo mejor.
Hecha la presentación, os abrimos de par en par la puerta real de nuestro colegio.
En las calles Roda de Bará 3-5 y Peña Dorada, 4 de Madrid (colonia de Mirasierra) os atenderán debidamente.
¡¡Bienvenidos a vuestra casa!!
Hasta el presente, a pesar de todas las dificultades reseñadas, hemos trabajado con ilusión y eficacia durante cuarenta años al servicio de la población circundante, a medida que iban surgiendo nuevas viviendas y nuevos barrios…El Pilar, Ciudad de los Periodistas, Peña Grande, los Robles, Parque Norte, Tres Olivos, Arroyofresno, Montecarmelo.
Hay un grupo de calles señeras, que, solas ellas, marcan el devenir de estos barrios paralelamente al de nuestro centro infantil, 36 años pasados: calles de Ribadavia, Arzobispo Morcillo, Fermín Caballero, Virgen de Aránzazu, Costa Brava, La Masó, Peña Santa, Mirador de la Reina, Pinares Llanos, Ramón Gz.de la Serna, Rosalía de Castro, Gabriela Mistral, Gavilanes, Cantalejo, Joaquín Lorenzo, San Martín de Porres, Nueva Zelanda, Islas Cíes, Avda.de Betanzos, etc., etc.,…, y en el centro siempre Mirasierra; siempre la misma sinfonía pero con tiempos marcados al compás de nuevas calles, que inundan de la algarabía de los niños nuestras aulas y nuestros patios.
Más de 6.000 niños y niñas han pasado por este agradecido centro infantil en sus treinta y seis años de andadura; más de cinco mil familias han confiado plenamente en nuestro sistema educativo, en el ideario cristiano que lo impregna, en el personal y dirección, que han forjado las mentes y los corazones de esa bandada de hombres y mujeres, que ya han empezado a traernos a sus hijos, recordando con sumo agrado el tiempo pasado entre nosotros.